La importancia de la materia orgánica
Los servicios ecosistémicos que brinda el suelo son elementos fundamentales para la vida. Servicios como la purificación del agua, la reducción de contaminantes y la retención de carbono, los ciclos de los nutrientes, la regulación del clima y las inundaciones, ser hábitat para los organismos, suministrar alimentos, fibras, combustibles, productos farmacéuticos y recursos genéticos.
El suelo es un recurso natural que se renueva lentamente a tasas de 1t/ha/año, sin embargo, con el manejo agronómico la pérdida es mayor a la renovación. Por ejemplo, la labranza convencional genera pérdidas que podrían alcanzar las 20t/ ha/año, la labranza vertical 5t/ha/año y la labranza cero o siembra directa 4t/ha/año.
El suelo es el encargado de sostener y proveer de nutrientes, agua y microorganismos benéficos a las plantas. Por esta razón, el manejo de la fertilidad integral del suelo es primordial en los sistemas productivos, ya que del suelo depende el 95% de la producción de alimentos.
El suelo, está compuesto por diversos materiales, en diferentes fracciones, que se distribuyen de la siguiente manera: inorgánica o mineral (45%), orgánica (5%) y poros (50%). Estos últimos son los que contienen el aire y agua disponibles para las raíces de las plantas y para todos los organismos que viven en el ecosistema suelo.
La agricultura convencional
La agricultura convencional, que se centra únicamente en la productividad, considera que el suelo es fértil cuando en él hay niveles adecuados de nutrientes disponibles para las plantas, sin considerar factores biológicos ni físicos.
En la producción con criterios agroecológicos, la fertilidad del suelo considera de forma integral las propiedades físicas, químicas y biológicas, que interactúan en el ecosistema suelo, permitiendo un óptimo funcionamiento de todos sus componentes, lo que incluye las raíces de todas las plantas presentes en dicho ecosistema.
Para lograr el óptimo funcionamiento del suelo es fundamental proveerle de materia orgánica, preferentemente estabilizada. La materia orgánica estabilizada está presente en biopreparados como el compost, el bokashi y el humus, lombricompost o vermicompost.
Al proveer al suelo materia orgánica estabilizada se consigue una permanencia mayor que la que se obtiene incorporando materia orgánica más lábil (aparentemente más económica), como la que está presente en guanos, estiércoles, abonos verdes y rastrojos.
La materia orgánica del suelo (MOS)
La materia orgánica del suelo (en adelante MOS) es un componente esencial del ecosistema suelo, siendo la responsable directa de la mayoría de los procesos físicos, químicos y biológicos que ocurren en él.
La MOS se puede clasificar en biótica y abiótica.
La porción biótica está constituida por organismos vivos como los protozoos, bacterias, hongos y actinobacterias, que corresponden a menos del 1% del total de la MOS, sin embargo, es muy importante ya que es la responsable de toda la actividad biológica presente en el suelo y también es la que proporciona los nutrientes para las plantas, ya que participa en los ciclos biogeoquímicos de los nutrientes y en la génesis del suelo.
La porción más abundante de la MOS es la abiótica, la cual proviene de residuos de origen animal o vegetal y es la fuente de energía y de nutrientes. Esta porción está constituida por una fracción más lábil o disponible y otra más compleja y estable, habitualmente llamada humus. La fracción lábil, aporta entre un 10 a 15% a la MOS y está compuesta por residuos animales y vegetales en diferentes grados de descomposición.
El humus y la importancia de la materia orgánica para los suelos
El humus, por su parte, es un conjunto de polímeros orgánicos complejos, que varían de estables a muy estables, contiene carbono de coloración marrón negruzca y constituye aproximadamente un 85% de la MOS.
Las fracciones en las cuales se divide el humus son: ácidos fúlvicos, ácidos húmicos y huminas; estas fracciones influyen fuertemente en la concentración de los nutrientes de la solución del suelo, aumentando la solubilidad y disponibilidad para las plantas.
La mineralización del humus, en condiciones naturales es lenta, por lo que puede permanecer en el suelo durante cientos de años, lo cual es una ventaja en los sistemas productivos con criterios agroecológicos, ya que la estabilidad del humus provee condiciones óptimas para mantener una buena calidad del suelo por períodos prolongados.
La importancia de la materia orgánica estabilizada que cumple diversas funciones en el suelo:
– Incrementa la agregación estable del suelo, manteniendo su porosidad, lo que favorece la aireación y la retención de humedad.
– Es un reservorio de nutrientes, solubiliza y moviliza micro y macronutrientes.
– Aporta energía a la microflora y microfauna para realizar los procesos biológicos.
– Facilita la supresión de enfermedades de las plantas.
– Regula el pH del suelo, debido a su efecto tampón o buffer.
– Regula la temperatura del suelo debido al color oscuro del humus.
Es relevante recuperar la MOS perdida por el manejo agronómico tradicional al tiempo de mejorar la calidad y salud del suelo de modo de lograr un incremento de los rendimientos y la calidad de la producción.
Recuperar la materia orgánica
Una forma de recuperar la MOS es incorporando materia orgánica estabilizada como compost, bokashi o vermicompost, donde la mayor parte es almacenada en el suelo mejorando sus propiedades y una fracción más pequeña es mineralizada, dejando nutrientes disponibles para las plantas u otros organismos del suelo.
Por su parte, la materia orgánica fresca (abonos verdes, estiércoles y guanos) es mineralizada rápidamente, liberando nutrientes para ser utilizados por los organismos del suelo (incluyendo los cultivos).
La cantidad de materia orgánica original que presentan los diferentes tipos de suelos depende de sus factores de formación (material parental, relieve, clima y tiempo transcurrido).
Debido a esto, no se puede afirmar fehacientemente cuál es el nivel adecuado de materia orgánica en cada sitio, sin embargo, se debe trabajar en alcanzar los niveles originales de MO antes de que ese suelo fuese intervenido.
Aplicación e incorporación de materia orgánica al suelo
La aplicación de MO al suelo estimula la multiplicación de los microorganismos que utilizan este material para sus funciones metabólicas, si los aportes de MO son regulares y superan la mineralización por parte de los microorganismos, la MO se acumula logrando sistemas con niveles similares a los que había antes de existir un manejo agronómico intensivo.
Aunque no se perciba un cambio en el contenido de MO en el suelo, las aplicaciones de materia orgánica tienen siempre efectos positivos, ya que estimulan la actividad biológica y con ello todos los mecanismos mediados por ella, incidiendo positivamente en los ciclos biogeoquímicos de los micro y macronutrientes, en la supresión de enfermedades, mejorando la estructura del suelo, la capacidad de retención de humedad, etc.
Por todo esto invitamos a comunicarse con nosotros.
Estaremos felices de charlar para encontrar la forma de desarrollar en conjunto una parcela testigo y apoyar el crecimiento orgánico de su agroemprendimiento.