Capítulo 6: Hacerlo suficientemente bien.

Joel Salatin nos dice: No tienes que conocer todos los detalles de un proyecto antes de empezarlo.

Muchas personas tienen una idea de qué aspecto debe tener el éxito y persiguen ese ideal: cercas perfectas, tractores radiantes y césped inmaculado.

Pero en realidad, nos dice Salatin, quien quiere perseguir la perfección en los detalles o bien no empieza nunca, o bien queda tan paralizado por el análisis de las cosas que no avanza con lo verdaderamente importantes y los números acaban por no salir. Suficientemente bien es perfecto, o como se dice aquí, lo perfecto es enemigo de lo bueno.

Señala el autor a muchos aspirantes a agricultores, con mentalidad de ordenador, que desarrollan toda clase de hojas de cálculo a las que le dedican mucho tiempo mientras los postes se pudren y la hierba se apodera de los bancales de cultivo. No tienes que tener calculada cada posible contingencia antes de dar el paso. «No estoy sugiriendo que planificar no sea importante. Estoy sugiriendo que de tanto pensar y pensar podría llegarse a que el proyecto nunca se lleve a cabo.»

Lo importante es empezar, hacer algo, y aprender mientras caminas. Tampoco demandes perfección por parte de tus hijos o cónyuge; déjales que tengan alguna libertad para crear y equivocarse. Esa es la forma de estimular a la gente alrededor tuyo a hacer cosas.

Solamente recuerda, suficientemente bien es perfecto.

Continuamos próximamente, aprendiendo de los chicos que venden limonada en la puerta de sus casas….

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