Capítulo 8: 10 recetas para el fracaso.

Hoy hablamos de 10 Recetas para el fracaso, el capítulo 8 del libro You Can Farm.
Vamos a ir en orden creciente, de la menos importante a la más demoledora:

10: Ser demasiado independiente/autosuficiente
¿Eres la típica persona que no pregunta por una calle aunque estés más perdida que nada? ¿La que cualquier cosa intenta hasta la saciedad hacerlo por tu cuenta y no pedir ayuda nunca? Entonces es posible que no estés preparado para emprender. Salatin confiesa que él peca de lo contrario, de preguntar a la mínima pérdida. Busca consejo y ayuda de los demás.

9: Impaciencia
Básicamente esto significa querer mucho muy rápido y luego frustrarse muy pronto. Si lo que estás haciendo no ha dado resultado, cambia algo y persiste, las cosas tardan en florecer.

8: Demasiados «cómo» e insuficientes «porqués»
Hemos aprendido a usar antibióticos para tratar los pollos enfermos criados en campos de concentración en lugar de preguntarnos por qué criar pollos en campos de concentración. Puedes aprender cómo tratar con diferentes insecticidas un campo de manzanos de una variedad súper productiva pero muy propensa a las enfermedades, de cómo repetir el arado para «eliminar la competencia» de las hierbas una y otra vez, dejando de lado la pregunta de por qué estás cultivando ese tipo de árboles y de esa manera en lugar de hacer otra cosa más sensata y con menos problemas…

7: Pensar en la producción antes que en la comercialización
«No me interesa saber cuántas toneladas de maíz vamos a sacar sino cómo planeamos venderlo». Es preferible una pequeña producción bien vendida que varios remolques de productos sin saber a dónde enviarlos.

6: Empezar en grande y falto de capital
Empieza pequeño, con la justa infraestructura que te permita comenzar a ganar con la mínima inversión. Puede que los números te salgan para una pequeña explotación que es capaz de vender directamente sus productos y con inversiones moderadas. Pero dar el salto y multiplicar por 5 la explotación ante una falsa expectativa puede que en lugar de hacerte tener 5 veces más beneficios, tengas que cerrar por haber transformado un proyecto rentable en uno que no lo es. Y es que cuando la escala es mucho mayor se necesita más maquinaria, infraestructura y toda suerte de inversiones que pueden sacarte del negocio a la mínima. Que tus gastos e inversiones sean moderadas no sólo resta tensión sino que puede acercarte a una rentabilidad más real.

5: Demasiado tiempo dedicado a oficinas no agrícolas
Debido a la inseguridad, muchos aspirantes buscan información en oficinas burocráticas o hablando con el banco, o con el vendedor de fertilizantes o con un profesional del agro-negocio. Hay mucha gente muy buena en distanciarte de tu dinero. Mejor consejo vas a obtener empezando a sembrar a pequeña escala y aprendiendo de tus propias observaciones y de la gente verdaderamente metida en lo que tú quieres hacer.

4: Poner el carro delante de los bueyes
Antes de expandirte asegúrate de dominar muy bien el oficio. La diferencia entre manejar una planta de vid y un viñedo de una hectárea es increíble. Muchos agricultores se hunden cuando pasan de un modelo que les funciona a pequeña escala a uno mucho más grande.

3: Incapacidad de ver la finca como un negocio
Tu explotación no es un bucólico escenario donde perderte en ensoñaciones, es un negocio igual que cualquiera del centro de la ciudad. Por supuesto que los agricultores llevan muchos años pensando en su explotación y no en su negocio. Es por eso que muchos deciden invertir $250.000 en un campo de concentración de pollos que va a dar $10.000 de beneficio anual sin contar los costes de producción. Analiza lo que vas a ganar por hora trabajada, la rentabilidad real de tu actividad, tus beneficios netos.

2: Gastar demasiado dinero en cosas que no generan ingresos
Salatin dice asombrarse ante las compras que hacen los agricultores de cosas que no les generarán ingresos… No se debe siquiera pensar en comprar un ordenador sin antes comprobar que te hará ganar más dinero.» Los gastos deben ser inversiones, es decir, deben ser generadores de ingresos.

1: Desacuerdo en la visión entre marido y mujer
Este es el motivo número 1 de fracaso: discrepar ante la misión y el camino a seguir de las partes involucradas, especialmente de la pareja. ¿Estamos de acuerdo en tener un sólo coche? ¿En comer de lo que producimos? ¿Quién va a hacer las ventas? ¿Qué es lo que realmente queremos conseguir con nuestra vida? Estas cuestiones y otras parecidas deben ser abordadas antes de emprender un proyecto agrícola, porque grandes desacuerdos en puntos clave pueden hacer que la embarcación se hunda. «No es suficiente estar de acuerdo en la dirección pero diferir en el camino a seguir». Puede haber desacuerdo entre si plantar 20 ó 30 manzanos (probablemente 25 sea el número a elegir), esa es la vida, pero sobre aspectos elementales acerca de la visión, la forma de vivir y el propósito debe haber consonancia.

En el próximo capítulo veremos las que para Salatin son las peores actividades agrícolas.

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