Seguimos con el libro de Joel Salatin que constituye una de las mejores guías que seguramente se hayan escrito para el emprendimiento agrícola.
Criador de razas puras. Aquí Salatin desalienta a la cría de razas de ganado para la venta… o a la cría de variedades puras de cualquier cosa para la venta.
Cría de animales exóticos. Esto incluye gamos, emús, avestruces, alpacas y similares. La razón de que sean exóticos es porque el nicho de mercado es pequeño. Esto puede pasar con setas determinadas o con alguna verdura específica, que de pronto se hace muy popular por algunas noticias en prensa o internet, hay una oleada de entusiasmo y después una caída que te deja con toda la inversión hecha para ese negocio y un futuro poco prometedor.
Criador de animales de compañía. Los animales de compañía no se comen y es por este motivo por el que una familia comprará muy pocas veces en su vida un animal de compañía. En marketing lo más difícil es obtener un cliente. Una vez que ya lo tienes, puedes venderle más cosas. Pero con animales de compañía solamente tienes una opción de venta por cliente.
Negocios con caballos. Puedes pensar que con caballos las opciones de ganar dinero son muy diversas. Pupilaje, por ejemplo. Mantienes los caballos de la gente limpiando sus cuadras diariamente, dándoles de comer, etc etc etc. Pero debes mantener todo impecable y estar preparado para que en cualquier momento el dueño se pase a montar un rato. Necesitas encargarte de la comida fresca cada día, ejercicio diario para el caballo, limpieza diaria de la cuadra… ¿sabes cuánto trabajo es eso? Olvídalo. ¿Y que hay de clases de equitación? Necesitas muchos clientes para que te salga a cuenta el coste de mantener un caballo en buenas condiciones. ¿Y caballos de tiro para carretas de recreo? ¿Paseos a caballo? ¿Carreras? ¿Compra venta? Nada de esto parece entusiasmar a nuestro autor por su dificultad de monetización.
Negocios de alto capital. Cualquier cosa que requiera una máquina de USD 20.000 para hacerlo funcionar no es una buena apuesta. En nuestra sociedad estamos enamorados de llamativas máquinas y costosas infraestructuras. Aunque tengas mucho dinero para invertir no inviertas en maquinaria o infraestructura cara que después te dejará beneficios anuales netos muy bajos en comparación a su coste inicial. Mejor harías dejándolo en el banco y cobrando sus intereses.
Cualquier cosa en confinamiento. Ya sean pollos o vacas, cualquier animal criado en confinamiento (sin hablar de cuestiones de sufrimiento animal, sólo estrictamente económicas) exige una gran inversión para un retorno bajísimo. Los agricultores o ganaderos que trabajan bajo un acuerdo contractual con otras empresas son los más infelices de los que Salatin haya conocido. Este tipo de acuerdos hacen al agricultor dependiente de decisiones de la empresa que fácilmente (como sucede tantas veces si decide la empresa no meter más pollos por ejemplo) pueden dejar al agricultor fuera del negocio y perder su explotación. Criar cualquier cosa en confinamiento es de las peores ideas que hay.
Monocultor o dependiente de una única fuente de ingresos. «Soy ganadero de vacas», «Cultivo maíz», «Soy criador de truchas», «Soy cabrero». Los agricultores que se llaman así mismos de esta forma están poniendo todos los huevos en la misma cesta. Los agricultores que apuestan por criar una sola cosa están obligados a competir en el mercado al por mayor, lo que no solamente les ofrece los precios más bajos posibles sino que además se ven sujetos a cualquier oscilación en estos mercados sobre los cuales tienen cero control. La venta directa o venta al por menor es una apuesta mil veces más segura.
Cualquier cosa que no comas periódicamente. Estamos hablando aquí, recuerda, de negocios que apuestan por estas cosas de forma central para la sostenibilidad de sus economías. Bien, apostar por cosas que la gente come poco, que son llamativas por lo infrecuente de ver en un plato, no es buena idea. Si se ven poco es porque la demanda es poca. Podrías criarlo como complemento pero no te centres en eso.
Cualquier cosa que no disfrutes realmente. Salatin dice que él no es bueno en mecánica ni en carpintería avanzada, por eso no se dedicaría nunca a reparar coches ni a hacer muebles. Si no te gusta comer ensalada, no cultives hojas. Dedícate a algo que realmente vaya contigo y no lo hagas simplemente porque piensas que puede ser rentable. Para vender con entusiasmo -creíble- remolacha, te tiene que gustar su sabor. Cuando lees una revista, o noticias relativas a este mundo agrícola, o vídeos, ¿qué es lo que más suele llamar tu atención y de qué cosas sueles pasar? Dedícate a las primeras.
Cualquier cosa que creas que te va a hacer rico rápidamente. No hay atajos ni existen negocios agrícolas rápidos y seguros. Si te metes en esto persiguiendo lo rápido, te equivocas. La agricultura puede ser rentable, por eso escribió Salatin este libro, pero no es la respuesta si lo que buscas es hacerte rico. La agricultura requiere esfuerzo, perseverancia y paciencia. No creas en «negocios seguros» ni que tal o cual entidad comprará todo lo que produzcas. Ese negocio que suena demasiado bueno para ser verdad efectivamente lo es.